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La labor de los líderes de equipo ha de seguir siempre una doble vía:

  • Facilitar el “poder hacer” mediante la capacitación y la provisión de las herramientas necesarias.
  • Promover el “querer hacer” apelando a la voluntad de las personas.

Este es el reto de los líderes a la hora de conformar un equipo: que logren resultados extraordinarios.

Si gestionamos bien el talento de cada uno de los miembros, si aunamos voluntades y estados de ánimo, podemos conseguir algunos beneficios derivados como:

  • Resultados alineados con los retos de la empresa.
  • Mejor clima laboral.
  • Afloramiento del potencial de los colaboradores.
  • Crecimiento humano, laboral y personal.
  • Refuerzo de los valores humanos del conjunto.
  • Estímulo de la confianza y el respeto mutuo.
  • Liderazgos compartidos.
  • Nuevos líderes que impulsarán retos mayores.